Publicado el 2/06/2012 en La Mancha Obrera
El socavamiento de nuestros derechos, la violación sistemática de los DD.HH. y el robo endémico que la minoría privilegiada está cometiendo sobre la población trabajadora nos conduce hacia un abismo de miseria moral y física tremendamente preocupante. Con una tasa de población infantil en estado de pobreza del 23.6% y en aumento me parece una situación límite alarmante y veo horrorizado la actitud política hipócrita, criminal y deleznable que nos conduce hacia un estado de mayor esclavitud que está robando las esperanzas, el futuro y la salud de nuestros pequeños. Me viene a la memoria el espectáculo realizado por la televisión pública catalana TV3 el pasado 27 de mayo sobre la pobreza en Catalunya, cuya misión era recaudar fondos; en ningún momento este canal ofreció un análisis para llegar al fondo del problema, a su raíz y ver sus causas. En vez de eso se convirtió en un circo mediático de caridad y beneficencia.
El socavamiento de nuestros derechos, la violación sistemática de los DD.HH. y el robo endémico que la minoría privilegiada está cometiendo sobre la población trabajadora nos conduce hacia un abismo de miseria moral y física tremendamente preocupante. Con una tasa de población infantil en estado de pobreza del 23.6% y en aumento me parece una situación límite alarmante y veo horrorizado la actitud política hipócrita, criminal y deleznable que nos conduce hacia un estado de mayor esclavitud que está robando las esperanzas, el futuro y la salud de nuestros pequeños. Me viene a la memoria el espectáculo realizado por la televisión pública catalana TV3 el pasado 27 de mayo sobre la pobreza en Catalunya, cuya misión era recaudar fondos; en ningún momento este canal ofreció un análisis para llegar al fondo del problema, a su raíz y ver sus causas. En vez de eso se convirtió en un circo mediático de caridad y beneficencia.
La
explotación y la servidumbre llevada a sus máximas consecuencias nos está
llevando a este callejón sin salida; para eliminar la pobreza hay que darle a
cada individuo lo que es suyo, redistribuyendo la riqueza, fomentando y
construyendo una Justicia y un Estado social que dignifique a la persona. Nunca
me ha gustado la beneficencia; el que da siempre está por encima del que
recibe, es un acto de poder, de dominio; y el mundo actual ultraliberal que nos
somete se siente cómodo en esta situación. No debemos permitir esta
degradación. Este cáncer que nos consume. Este robo. Este asesinato continuado.
Esta barbarie. Esta depredación humana que nos lleva al exterminio social. Esta
pobreza que nos consume. Esta rapiña pública. Esta
Reforma Laboral que nos prostituye y nos deja como objetos en manos del
empresario. Esta mafia política y económica capitalista que nos saquea, nos
desolla y nos lanza a la intemperie ante la pasividad, la apatía y el miedo de
muchos.
¿Cuál
es nuestro límite….?.
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