El
golpe de estado patrocinado por el matón de los EEUU, Trump, en
Venezuela ya tiene todo el corrillo mediático y de la alta jerarquía
política española a favor del mismo. Aplaudiendo con las orejas y
lamiéndole el culo al gángster que ocupa la Casa Blanca. Hay
personas malas, siniestras, execrables y después están los
felipegonzález, alfonsoguerra, aznares, casados, riveras y demás
morralla del fascismo cuñado patrio. Si un tipo de la extrema
derecha venezolana en una manifestación se erige como presidente
venezolano allí van todos los lacayos de las barras y estrellas
empezando por el inefable Pedro Sánchez a poner ultimátums a un
país soberano como es Venezuela y dando pábulo y reconociendo al
golpista en cuestión. Te podrá caer bien o mal Maduro pero al
hombre lo eligieron en unas elecciones generales y las últimas
fueron en mayo del año pasado que las ganó; que lo que
hay allí no es una dictadura por más que lo repitan los medios de
putrefacción masiva que hay en este país. Hay una crisis económica
y social brutal fruto en gran medida por el bloqueo económico
terrorista implantado por el gobierno yanqui y sus mariachis. El
poder económico está en manos de las élites privadas capitalistas
que juegan con la economía y la estabilidad del país caribeño. ¿Y
qué hay en Venezuela? Petróleo, lo mismo que hay en Libia, lo mismo
que hay en Siria, lo mismo que hay en Irak. Y allí se masacraron a
sus pueblos; destrozando todas sus infraestructuras, generando una
crisis humanitaria apocalíptica y matando a millones de personas y
todo ello orquestado, gestionado y patrocinado por los EEUU y la
mierda de países que lo secundan por el bien de la democracia, la
libertad y el expolio de los recursos económicos de estos
territorios masacrados o lo que quede de ellos. ¡Qué vergüenza! Y la historia
se repite una y otra vez. Lo que pasa en Venezuela es de manual; de
manual imperialista.
Que
dejen a los pueblos que se gobiernen por ellos mismos sin injerencias
de ningún tipo; sin terror económico, mediático, social y militar.
Seguramente si así fuera no tendríamos los gobiernos
ultraliberales, amorales y criminales que padecemos. Lo más probable
es que nos gobernaríamos nosotros mismos sin intermediarios del
capital.
Y
como dirían los venezolanos ¡Váyanse al carajo! Y dejen a los
pueblos en paz.