El Lince Rojo

EL LINCE SOLITARIO RECORRE SU HÁBITAT LIBRE COMO EL VIENTO SIN OBEDIENCIAS, SERVIDUMBRES NI ADULACIONES.

miércoles, 6 de junio de 2012

Capitalismo: Muerte y Destrucción

“El comunismo no priva al hombre de la libertad de apropiarse del fruto de su trabajo, lo único de lo que lo priva es de la libertad de esclavizar a otros por medio de tales apropiaciones”. Karl Marx.

Cada día mueren de hambre en el mundo 80.000 personas, o lo que es lo mismo, 29.200.000 individuos al año, es decir, 55 por minuto. La conclusión que sacamos de estos datos criminales es que el capitalismo es un sistema asesino. Estas cifras hablan por sí solas de una evidencia incontestable e incuestionable. Sin embargo esta ola de destrucción que es este sistema que se enmarca dentro de una economía criminal basada en la especulación, en la acumulación de riqueza en las manos de una minoría, en la destrucción de la naturaleza y de los seres humanos continúa funcionando y depredando el planeta con absoluta impunidad.
Cada día miles de personas en todo el mundo son expulsadas de las garras del Dios liberal formando un auténtico ejército de excluidos; que vagan sin rumbo fijo porque son personas sobrantes a la espera de volver a ser explotadas o olvidadas definitivamente dentro del paraíso terrenal. Y luego están los explotados, los que aún pueden servir para alimentar a la Bestia, se les exprimirá hasta la última gota de sudor para que puedan mantener a banqueros, especuladores financieros, grandes empresarios y demás acólitos, perros y sirvientes de este Dios Supremo.
Y para que la maquinaria infernal siga su rumbo de forma inexpugnable teje todo su poder ideológico, propagandístico, militar, social y económico para someternos y dominarnos mejor; para que veamos que no hay solución, que vivimos en el mejor de los infiernos posibles.
Y ante tanta inquinidad hay que situarse en contra de la barbarie, luchar contra esta lacra que nos mancilla, nos roba, nos aniquila y nos destierra cuando ya nos han exprimido totalmente.
Yo estoy del lado de los excluidos, de los humillados, de los expoliados, de los hambrientos, de los inmigrantes, de los explotados, de los que nada tienen porque se lo han robado todo… porque simplemente soy uno de ellos.
Un sistema que asesina a un niño cada siete segundos sólo merece ser derribado por salvaje, injusto, cruel y genocida.
Dejemos a un lado los miedos, el servilismo, la esclavitud, la ignominia y busquemos nuestros propios espacios de resistencia para luchar por un mundo  rojo, verde, violeta… por un mundo socialmente justo.

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