La
infanta está triste ¿qué le pasará a la señora Cristina? O simplemente estará
preocupada; sabe que de los robos, extorsiones, juergas y la vida de las mil
maravillas el Estado de los mejores fascistas, prevaricadores, asaltadores de
moradas, violadores de todo derecho humano que se tercie, amigo de la
injusticia de los pobres y la justicia de los ricos, manipuladores de la verdad,
asesinos de todo ser desamparado de trabajos decadentes y esclavos, amante de
los poderosos y látigo implacable con los desposeídos le dará los mil perdones
y la pesadilla en un mal sueño se acabará. Así está la cosa pero no sé si así
acabará el tiempo que va en nuestra contra nos llevará a la próxima estación
para desmentir o afirmar conjeturas.
Y
tras las puertas de ese palacio ocupado se esconde el progenitor, el
responsable de toda esta familia borbónica del saqueo, el patriarca, Juan
Carlos, ese es su nombre; que fue cubierto por el espíritu santo en forma de
águila de las Españas Imperiales mandada por Franco para ser rey de este fraude
de democracia, llamémosle cleptocracia, y convertirnos en siervos de los
Borbones por tercera vez.
Y
ahora el matador de elefantes, el gran cazador cazado. ¡Mala bestia! Como te
atreves hijo de villanos, de asesinos, de mafiosos disparar y matar a uno de
los más bellos animales, a un gran mamífero, a un ser con una capacidad intelectual,
con un poder de amor, con un nivel de altruismo hacia sus semejantes que ni tú
en tu libertina vida has visto jamás; como pudiste asesino matar a un elefante;
o irte de parranda por otros lugares del mundo a cazar osos y lo que se
terciara y lo que no sabemos. Que le pegaras un tiro y mataras a tu hermano, me
da igual; pero que te dediques con el dinero de todos a asesinar animales allá
por donde pasan tus sucias pezuñas no tiene perdón. Maldito rey alcoholizado,
juerguista, corrupto, vividor con el dinero ajeno; no hay mazmorra lo
suficientemente impúdica para encerrarte a ti y a toda tu estirpe.
Y,
como decía, y como se me acelera el corazón y el alma se pierde por otros
derroteros vuelvo a la senda marcada. Ahora tu cuerpo vejado y roto se moviliza
para mover los hilos y tocar las teclas de los lacayos, servidores y rastreros
reales y del poder para salvar a tu hija la ladrona. ¿Y tú? Pues como la
constitución seudodemocrática te protege de todos los desfalcos, cuentas en
Suiza, amantes descarriadas y demás veleidades que vuestra merced ponga y
disponga; pues no pasa nada que para eso estamos en épocas neofeudales; que Su
Alteza sólo rinde cuentas ante Dios el Inexistente, aunque después seas
devorado impunemente por los gusanos, los cuales morirán envenenados ante tanta
carne repleta de infamia, de depravación, de maldad.
Ay
princesita, que eres directiva en tus horas libres de Caixabank, ese gran banco
ladrón, que redundancia más absurda, con tu otro protector, el señor Fainé; uno
de los empresarios de esta Catalunya secuestrada, lapidada y manipulada por su
poder y por las de otras familias de la burguesía fielmente abrillantada,
cuidada y emparentada con los esbirros de Pujol y el gran mesías de la
corrupción, el gran líder del robo, de la miseria, el señor antiobrero Artur
Mas; y es que Cristina al final todos los hilos conducen al mismo punto ¿por
qué será?.
Pero
a lo que íbamos, porque ya no sé adónde voy ni adónde vengo; y tú tranquila
princesita ¿qué la justicia es igual para todos? Pues date una vuelta por
cualquier prisión de este país y la pregunta se responde por sí sola.
Y
desde la lejanía se oye un murmullo, es el trote de un caballo y blanco para más
señas, que galopando viene abriéndose paso conducido por un príncipe, ¡qué bien!
que tenemos un heredero real y todo; este hijo borbónico de nombre Felipe es el
tapado, el inmaculado, el que no se entera de nada pero que todo lo sabe y a la
espera de acontecimientos, protegido por los grandes oligarcas y sus medios de
incomunicación masiva, que van preparando el tinglado para proclamarlo rey de
reyes, a este sicario de banqueros, mercaderes de personas; le preparan la
alfombra roja para continuar con la servidumbre, con el robo, para que
traguemos el anzuelo y sigamos en la esclavitud perpetua.
Borbón
suelto Borbón que se reproduce como virus cancerígeno con metástasis
incorporado. Dos veces tuvieron que largarse del país esta sarna sanguinaria;
pero como la mala yerba nunca murieron y volvieron a venir; habrá que afilar
mejor la sierra de podar.
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