El Lince Rojo

EL LINCE SOLITARIO RECORRE SU HÁBITAT LIBRE COMO EL VIENTO SIN OBEDIENCIAS, SERVIDUMBRES NI ADULACIONES.

martes, 30 de abril de 2013

Y la noche se hizo eterna en Dhaka



Sale el sol en Dhaka y como cada mañana Chandra se levanta para comenzar su esclavitud laboral por un salario que da hambre sólo de ver la miseria que le dan por su trabajo diario; latigazos invisibles en su existencia marcan la pesadumbre de ir a su centro de vejación por mil horas de extenuante labor. El día que no disfruta, las tardes sin un respiro y las noches cansadas que ladran que un nuevo día de horror se levantará; sin poder devorar el aire y la libertad, inexistente, robada en la oscuridad de una prisión tejiendo vestidos hasta que marque la hora de la postración final.
Y con previo aviso de un edificio aquejado de cáncer con metástasis en todos sus órganos se desploma brutalmente sobre los obreros esclavos que vierten sus vidas mutiladas en esta fábrica de la infamia que no aguantaba más. Y Chandra se nos ha ido, la han matado, ha sido asesinada tras ver como un bombardeo de escombros se abalanzaba sobre su ajado cuerpo. Y como ella una infinidad de personas, más de 1000 almas que han sido arrojadas al mar del no ser, al vacío de la nada tras ver como sus vidas se sepultaban en el trabajo extenuante, en la existencia saqueada, en la humillación de estar enjauladas y maltratadas tras eternas horas fabricando ropa para las grandes empresas multinacionales del textil; para la gran avaricia, para la amante de la muerte, para la Bestia de este horror, de esta sinrazón, de este holocausto, de este capitalismo que nos devora, que mata a 23 personas diarias de hambre en este mundo mundial.
Y los terroristas que han matado a estos trabajadores y a los que tienen empleados cuyas condiciones laborales están a medio camino entre Dachau y Mauthausen siguen libres; con las manos ensangrentadas, la mente asesina y el bolsillo del banco lleno a raudales fruto de la destrucción, el hambre y la muerte.
¿Y hay algún español entre los culpables?
Pues parece ser que hay un hombre muy respetado, con coche de lujo propio y chalé de propiedad entre los causantes de la masacre; el empresario tenía en nómina a un buen número de esclavos en esta fábrica de la muerte.
¿Y pagará con ello trabajos forzados como mínimo? ¿Se le dará caza metralleta en mano o con helicóptero “apache” incluido por la muerte de tanto ser humano?
Que quieres que te diga querubín inocente que vives en el Reino de las Babias. Nada de eso sucederá y lo contrario también, por supuesto. Ni éste ni las otras heces sanguinarias que engendró la Bestia irán a ningún centro de rehabilitación social sin derecho a ver la luz del sol en siglos. Los grandes empresarios, que son exhibidos como ejemplo a seguir en todo medio de incomunicación o escuela de lavado de cerebro y fábrica de siervos que se precie; tienen sus  tapaderas o subcontratas en cualquier rincón del mundo globalizado donde mantienen a ejércitos enteros de esclavos que trabajan a coste cero y tiempo ilimitado. Y por la muerte en vida de tantas personas devastadas por estos detentores del poder económico criminal que van acaparando toda la riqueza gracias al exterminio de hombres, mujeres y de nuestra tierra, a la justicia ni se le espera ni aparece. Y ni estas condiciones execrables de la explotación más abyecta y ni la muerte masiva por las condiciones deplorables en que trabajan tienen consecuencia directa en estos bandidos responsables últimos de estas matanzas.
Mira a todos estos malnacidos que parió la CEOE que contentos están; después de deslocalizaciones al por mayor, reformas laborales tendentes a la esclavitud, la destrucción de todo derecho del trabajador existente su punto de mira y de envidia es Bangladesh, China, Sri Lanka… ese es el oasis que quieren aquí en las Españas Imperiales. Trabajos precarios, sueldos de hambre, vidas atomizadas; una auténtica elegía a la esclavitud y a la muerte.
Tu ausencia, compañera Chandra, quedará en la impunidad, pero no en el olvido y los hijos que tuviste y no tendrás nunca jugarán al balón; sólo serán los cautivos que los fabriquen.
Ya es primavera en El Corte Inglés mientras hileras de muerte, personas esclavizadas, niños con futuros devastados levantan estos templos de la inmundicia globalizadora del consumismo capitalista. Y allá a lo lejos vemos un cartel que hace un llamamiento a la banalidad. ¡Corred! Hijos del consumismo en este mundo de apariencias, luces, colores, espectáculos y en el acto final las mentes alienadas danzarán al son que marque la última droga que cualquier gurú hijo de sátrapas nos vierta en las pantallas de nuestras vidas secuestradas.
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