Huyendo
del silencio porque no oímos nada tras la bofetada callada que rompe los tímpanos.
De dónde viene el dolor insufrible, no lo vemos pero lo padecemos. Por mucho
que corramos allí está no desaparece aunque nos mantengamos ignorantes de la
realidad acribillada circundante. Cuántas personas sumidas en la desesperación,
estranguladas por la estafa que nos acorrala día infernal tras otro día igual
que vendrá; cuántas lágrimas en la oscuridad de la noche, de la soledad
impuesta, del tormento enemigo que fluye en la sangre, de la desesperación sin
salida que las cabezas mancilladas y heridas buscando el final en eso sólo
piensan. Los homicidios de este capitalismo salvaje que vivimos en la España lapidada por las
huestes de mafias financieras, cleptocracias borbónicas en sedes parlamentarias
corrompidas, de hijos de Franco y de mil botines y cuatrocientos ladrones más
que en el poder siempre estuvieron y están hurtando y clavándonos puñales robando
la sangre que vemos correr con la justicia que ya ni brilla en la ausencia.
Nada
por aquí nada por allá, vence el silencio, la sinrazón, el grito del mudo que
deja sordo de no oírse; decenas de personas diariamente mueren asesinadas por
este sistema atroz, cruel, camorrista, mafioso todo él.
Evaristo Justicia García, 41 años, desempleado y miembro de la Plataforma “Asamblea de Trabajadores y Desempleados de Montcada
i Reixach” fue asesinado por el poder el pasado mes de junio. No pudo más, no
encontró más salida que poner fin a sus días robados, llorados, ultrajados. Un
luchador que muere porque así fue estipulada la sentencia de los Mas, los Rajoy
y la mierda cleptómana privilegiada a la que representan; los amantes de las
deslocalizaciones, de la muerte a millares en cualquier fábrica de exterminio
de trabajadores en un país africano, asiático, americano que más da, del
trabajo precario con sueldos de hambre y conciliación familiar anulada de
antemano, de inquisición de todos los derechos laborales que la pira sigue
ardiendo, de la oda hazte falso autónomo esclavízate millones de horas y con la
soga al cuello siempre dispuesto a apretar más y más. Trabajo asalariado ahora
lo tienes; con el despido libre persiguiendo tus pesadillas, andas temeroso con
miedo y ¡zas! Te vendieron al diablo y a la calle vas porque sales gratis,
mercancía eres, no hay más corazón que el que te han robado, tus manos son las
que producen pero ¡esto qué es! Te las han esposado para que te las viole el
mejor estafador, no hay nadie que compre en este estado de defecación
permanente, de humillación reinante, de compra-venta de carne humana ¡viva la
esclavitud! nadie te explota a la exclusión vas; ejército silencioso de
millones precarizados malheridos retrocedemos y hacia el abismo vamos.
Noches
sin dormir, de vigilia permanente, los días que pasan y el dinero el amo de la
prisión juzgándote, condenándonos a buscar el futuro que fogoneado está.
Evaristo que la paz realmente hayas encontrado; ¿qué pasó en ese momento, en
ese último segundo que tu vida viste partir? Tantas calles pisoteadas cavilando
qué puedes hacer, pensando en la libertad, mil veces nombrada, millones de
veces mencionada por ignorantes lacayos de esta partida que perdemos
infructuosamente. Escucha el silencio que asco da, que de tu asesinato ningún
medio vil de la incomunicación de bombas masivas de esta barbarie de muertes
sin justicia ni habla y si no hay voz la existencia se va porque no se le ve,
ni se le escucha porque no interesa. Otra muerte, otro pedacito de aliento más
que nos han extirpado y con la guardia baja seguimos gritando.
La
asfixia pudo contigo, el dolor se apoderó de tu alma, no te dejaba en paz, ni
respirar podías. Que bien lo han hecho, que bien gestionan la muerte y el robo
los administradores del capital criminal hoy Rajoy o Mas ayer otros fueron.
Millones de niños con su hambre juegan al casino los genocidas de esta
dictadura de la impunidad, la mezquindad, el expolio y el crimen con sus leyes
a repartir a sangre y fuego.
De
entre mis lágrimas lloradas y en la oscuridad de algún rincón amigo me sumerjo
en mis tristezas recordando el sufrimiento de este compatriota que su corazón
arrancado fue. Me peleo con el silencio, con el sinsentido de nuestras vidas
ahogadas buscando la emancipación soñada y anhelada. No habrá cadenas perpetuas
ni ejecuciones inminentes para todos estos siervos del genocidio y del saqueo
que del hambre y la muerte se alimentan. Mi amarga desesperación, mi odio que
grita clamando libertad, tu libertad, nuestra libertad que perdida va ni en el
fondo del mar la hallaremos; mi dolor espadas al frente está y con el recuerdo
de tantos hijos del pueblo sometido que tiro en la sien los han dejado vacíos
de justicia en la cuneta. Evaristo 41 años y el resto de tu vida fusilada. Mi
pensamiento, mi lucha y mi recuerdo tienes.
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