Arde
el Amazonas. Bolsonaro es un criminal, un fascista y ninguna cabeza
pensante de moralidad incuestionable puede refutar la mayor. Mas el
problema no se reduce en esta escoria subhumana. Hay que mirar al
cielo putrefacto y no el dedo que lo señala. Es el capitalismo el
problema y el holocausto final. Al pulmón de la tierra van todas las
empresas piratas para sacar el máximo beneficio económico a costa
de la vida de todos. Se matan indígenas impunemente. Se extermina la
flora y la fauna. Se desplazan comunidades que viven allí desde
siempre. Se roba y se mata para el gran capital financiero y
económico. El pastel está repartido para el crimen organizado
mundial. Y Bolsonaro es el tonto inútil al servicio del crimen. Arde
el Amazonas como Arde África como Arde la Tierra entera mientras nos
calcinamos en un sistema que arrasa con el esplendor de la vida en el
sentido más bello de la palabra. Lo que es de todos se privatiza
para que un grupo infame de multimillonarios y sus empresas de sangre
y destrucción se lo lleven crudo. La barbarie es lo que tiene. Y del
fuego se sacan grandes beneficios. Todo está meridianamente planificado. Ellos lo saben mientras se
calcinan nuestros huesos.
A todos estos malnacidos habría que condenarlos a vivir en las tierras calcinadas, a beber de los ríos contaminados y a bañarse en las aguas radiactivas.
ResponderEliminarSalud!
Tú lo has dicho
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