Este
fin de semana pasado el rebaño burgués secesionista fue a ver a su
pastor de Waterloo; al chamán puigdemonium huido a mansiones belgas; al líder de
la extrema derecha neoliberal de las esteladas; al que proclamó la
independencia ficticia teniendo a más de la mitad de la población
en contra y, a falta de valor y de defensa de lo hecho y vomitado,
huyó en el maletero de un coche rumbo a la burócrata y funcionarial
Bruselas.
En
Perpiñán daba un bolo el personaje en cuestión acompañados de
otros fugados millonarios a costa del erario público. Hasta allí
fueron en procesión gente de clases medias y altas de triple
residencia y coches de alta gama. Todo un sin fin de personal
machacados por la opresión evidentemente. Entre el gentío estaban
perrodistas afines, individuos de cien mil euros al mes por obra y
gracia del procés, palmeros con boli y taquígrafo y otras ovejas
lameculos bien retribuidas para dar al aquelarre independentista la
dosis propagandística merecida. El hecho en sí me la trae al pairo;
pero esputo del genocida económico y social de la tribu pujoliana;
ir a Colliure a visitar la tumba de un exiliado, este sí alma
podrida de Satán; a profanar su descanso, su dignidad, su lucha, su
sabiduría, su poesía y poner la senyera independentista en el
sepulcro de Antonio Machado. Pero que mierdas tienes en la cabeza
además de una dosis infinita de racismo al por mayor. Suerte que
había un grupo del colectivo Juan de Mairena para cantarles las
cuarenta a semejante caradura con rostro humano. Lo que hay que
tragar en esta viña sin cuidar de uvas podridas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario