El
hogar me suicida y divago por las calles sangrando como un toro de lidia
asesinado por el juglar de la muerte y el ocio criminal de puro, copa de vino y
rabo del astado cortado. Herida sangrienta del ayer, de la metralla de la
tiranía que me dio en mi corazón hastiado. Paso de largo mientras vomito todo
mi orgullo malherido al pasar por el Congreso de la Caverna y sus
Prostituciones celebradas. Camino y mientras me tambaleo borracho de tanta
mediocridad que sueltan los criminales de nuestro presente por conquistar caigo
en el hoyo de algún Vertedero Autonómico donde los que no nos representan pero
que sí que nos roban dan miseria y cárcel a niños y rebeldes que somos todos;
aunque muchos callan, aguantan, esperan pero la trituradora no cesa a bastantes
ha dejado ya muertos por el camino.
La
constitución surgida al calor de muertos vivientes, hijos de Franco,
terratenientes, banqueros, grandes empresarios… vigilada por homicidas,
tutelada desde arriba dice que la “soberanía reside en el pueblo” alguien ha
visto mentira más flagrante. Ya empieza con una falacia imagínate si se
continúa con semejantes historias para no despertar; artículo tras artículo
patraña tras patraña, violación tras violación. Pueblos soberanos con reyes de
autoridad divina, inimputables por la gracia de Franco; diputados que se
granjean amistades aquí y acullá, venden patrimonio, esperan la prebenda, el
favor, el parlamentario untado para hacer un buen negocio y acudir a algún
puesto de tal empresa en gratitud por los servicios prestados. Masacrados
estamos al ver este prostíbulo, este capitalismo mafioso, perdón por caer en
redundancias absurdas, este cuento de hadas violadas y alas cortadas, esta
camorra feudal de reyes, cortesanos, yugos y flechas y el tercer estado
aprisionado, vejado, mutilado a la espera de comunas y que no sean las de París
esperamos las nuestras.
Las
risas burlonas de las marionetas del crimen, ministros que legislan para el
poder usurpador del bien común, de la alegría de vivir, esta metralla a la
inteligencia que ponen cuchillas en lo alto de sus muros para encarcelarnos
mejor, para que los pobres entre los pobres sean degollados lo más
constitucionalmente posible. Alabado sea el señor. Y no caigas en el tormento
de esos centros de exterminio para extranjeros, o CIEs; el joven armenio Alik
murió en uno de estos crematorios a la espera de justicia, de momento, sólo
encuentra injusticia en este Estado del bienestar para los privilegiados de
siempre. La rapiña que no descansa, que adormece la mente de las personas, que
endurece sus leyes hechas a medida para aprisionarnos en un Estado policial a
tanto la multa por manifestación o la muerte a palos en el presidio con los
focos de la indignación fuera del alcance de la libertad añorada.
Y
no caigas enfermo difícil tarea cuando todo está programado para que así sea. Un
hombre que necesitaba una operación a
vida o muerte tuvo que esperar a ser intervenido cuatro horas en el hospital de Sant Pau en Barcelona porque ingresó otra persona con una dolencia menor pero
como pagó tuvo preferencia. Esta es la sanidad desmantelada, mercantilizada que
nos están dejando; el privilegio del que paga, del dinero sobre el derecho. Un
auténtico atentado terrorista contra la vida, la salud pública, es un bien de
todos no les pertenece, lo saquean, nos lo arrebatan impunemente. Asesinatos de
hoy y de siempre cometidos por las hordas que pueblan la Generalitat, las
Moncloas, los Parlamentos de nuestros países, regiones, estados propiamente
privatizados, taifas algodoneras, constelaciones, agujeros negros…
Mientras
los pulmones se llenan de dióxido de carbono y el oxígeno se encuentra ausente
ni me paro mientras corro por estos parajes secuestrados por los servidores de
la guadaña; el cuadro que allí encuentro desahuciado de mi vista lo retiro no
me vayan a multar por ello. Y mientras tanto miles de estudiantes carecen de
medios económicos para poder seguir estudiando en esta educación para
privilegiados, para seguir con la era de la esclavitud; la enseñanza como
emancipación, sólo un camino tienes, la socialización.
En esta Barcelona que mis ojos ven de
carritos de metal empujadas por almas heridas de descuartizamientos programados,
de pisos vacíos mientras miles de personas se encuentran durmiendo en la calle,
en la angustia del mañana que todo te lo quitan, de niños hambrientos, del agua
privatizada, de la sanidad de los privilegiados, me han pegado un tiro en la
sien y desnudo, moribundo estoy; la camorra presente en el Ayuntamiento de
Barcelona y sus socios en esta aniquilación de la Generalitat alquilando
espacios públicos para indios multimillonarios; se cerró el MNAC y dispusieron
del espectáculo musical de las fuentes de Montjuïc para uso particular. Todo
muy tiránicamente inmundo mientras saquean al indio pobre, al paquistaní, al
inmigrante secuestrado en un CIE, al trabajador apaleado, al activista mutilado
en la cárcel, al niño hambriento, al desempleo forzoso o al empleo de salario infumable
y de horario salvaje, al enfermo a la espera de intervención quirúrgica quizá
mañana, págame primero, te mato y aquí no ha pasado nada; la Barcelona millor botiga
del món, la Marca España,
nosotros, tú, él, yo, el aire calcinado, las bombas de nuestros corazones que
no estallan, mañana elecciones, saca las armas de barro y cartón, secuestramos
a los de la finca, prefieren elegir a los amos de la masía, guarda tus armas de
nuevo, otra vez, a la espera de… eligen a los verdugos para que los robos sigan
como están… la rueda continúa girando, los apoyos seguiremos acumulando…
"Al río que todo lo arranca lo
llaman violento, pero nadie llama violento al lecho que lo oprime." Bertolt Brecht.
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