El Lince Rojo

EL LINCE SOLITARIO RECORRE SU HÁBITAT LIBRE COMO EL VIENTO SIN OBEDIENCIAS, SERVIDUMBRES NI ADULACIONES.

lunes, 4 de marzo de 2013

Muertes sin justicia



Y un último suspiro y se arrojó a los brazos del silencio eterno. Se quitó la vida, o mejor dicho, lo suicidaron, lo condenaron a la muerte porque poco a poco le fueron quitando todo, hasta las esperanzas, las ilusiones, las fuerzas para luchar. Los asesinos que detentan el poder no claudican ante nada ni ante nadie. Errando vas por la vida cuando te quedas sin un medio, un sustento, una fuente donde te exploten; ya no tienes nada, asalariado preso de las fuerzas del capital pierdes el trabajo y con el tiempo el paro se agota, ya no tienes recursos, no somos más que mercancías de usar y tirar, tanto tienes tanto vales, y si no robas nada la muy Puta, la Cosa, la Bestia te expulsa de sus infiernos, de la explotación a la exclusión sólo hay medio paso. Los especuladores, los terroristas, los capos del poder te echan de tu morada con toda tu familia; te humillan, te degradan; mientras que la ideología asesina dominante presenta a los ladrones de cuello blanco y manos ensangrentadas, a los lacayos de la muy Puta, Asesina, de la Bestia capitalista como paradigmas a seguir, como héroes de la barbarie, para eso tienen todos sus medios de intoxicación masiva a su alcance, bajo su dominio. Y tú, yo, nosotros somos los pecadores, los culpables de nuestra situación, a los esclavos hay que dominarlos a través de la mente y atarlos en corto.
Y a Guillermo lo mataron un frío día de febrero en Cartagena, y allí dejó a su mujer y a sus hijos anclados en la desolación. Pero antes que él el capitalismo asesino, la corrupción borbónica, la era del terrorismo de estado y autonómico, los hijos de Franco, de Botín, de Fainé, de Brufau, de Rato, de la CEOE… y de tantos otros paladines del pillaje fueron los protagonistas de la masacre, la mutilación, la humillación de personas que vieron como sus corazones emitían el último latido y allí está mi recuerdo a Iñaki, Amaia, Francisco… y otros conciudadanos anónimos, otros que fruto de la venta y saqueo del patrimonio social de este país son liquidados por estas huestes que detentan el poder.
Y protegidos desde sus palacios de cristal, amasando fortunas, viviendo a velocidad de crucero y en el más obsceno de los lujos gracias a la sangre que corre por tus venas y por los huesos que aún te quedan y les falta por moler.
Y los gestores de la mafia ¿de qué se reirán? ¿tan satisfechos y orgullosos están? Estos gobernantes y siervos de las clases hegemónicas mientras nos liquidan, nos esclavizan, nos empobrecen siguen en sus puestos con el tren de la destrucción a toda marcha. Este sinvivir de los criptofascistas de los Rajoy y su banda de ladrones, esa Corona asesina de elefantes, expoliadora, ladrona, anacrónica, franquista, vil…
Y yo que cada día ando porque aquí vivo en esta Catalunya privatizada, en este país sometido a la voluntad del rey Artur y sus mafias, sus corrupciones, sus privatizaciones, sus políticas antisociales y antiobreras, sus derechos a decidir ya decididos y, sobre todo, dedicado a manipular, a engañar, a saquear, a ultrajar; y así andamos y así vivimos y con cerca de 3 millones de personas que habitan en la oscuridad de la miseria gracias al hijo de la gran… Pujol, el padre, el al capone catalán, el rey de reyes.
La hecatombe general pero el derrumbe en particular; la muerte de uno de los nuestros, su asesinato, nos tendría que poner a todos en pie de guerra ¿qué nos está pasando?.
Cuando veo a lo alto de la tarima al filibustero, al amante del dinero, al siervo del poder, al cuentacuentos, al mago de las mentiras y al fornicador de los sueños. Y miro al gran gentío, a la gran masa gregaria adular al demente, al deficiente, al portador de la muerte huyo del tumulto, de los carteles, de la fiesta del sistema, de este baile, de esta náusea, de este aplauso, de esta alienación y de este asentir a los graznidos del que busca el aplauso, la risa de la gente, del estafador, del gran manipulador; el que quiere lisonjas, al que le gustan que le aplaudan, que le alaben, que le adulen. Huyo cual caballo libre por el monte. Eliminemos y masacremos toda esta infamia.
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