Como
quien no quiere la cosa me he puesto a escarbar por mis bolsillos a ver la
calderilla que me queda para afrontar el día de hoy; parece ser que estoy de
enhorabuena o de disparo en la sien sin demora según como se mire, soy más rico
que mañana pero más pobre que ayer. Es lo que tiene vivir en la barbarie de un
mundo sin justicia y al revés, donde se esclaviza más por menos dinero y el
tiempo que te queda lo dedicas a vender tus huesos para que no te liquiden
definitivamente y te expulsen a garrotazo limpio de tu morada y de tu vida
desvalijada.
Pero
sin más y con una sonrisa en la boca me propongo comenzar un nuevo día en la España de las JONS y de los
Botines; el señor que nos rebuzna cada día y a escondidas desde la Moncloa junto con sus
cuatreros de las gaviotas con aguiluchos incorporados nos han prometido
decreto en mano que lo mejor es estar trabajando hasta el último suspiro de tu
vida porque, si no, el mejor lugar de tu existencia es un lujoso apartamento en
cualquier container o cajero automático que se precie, que tan bien dan cobijo
y calor. Que si eres cincuentón y te quedas en el paro por obra y gracia de los
despidos libres bendecidos y de esta nueva era fascistoide, pues nada, es lo
que toca cuando hay más de seis millones de desempleados y otros tantos
millones con contratos que ni la basura quiere para sí, en que no somos más que
siervos de gleba esperando como agua de mayo el próximo latigazo para llevarnos
un simple mendrugo de pan al estómago. Y ahora andan con la metralleta puesta
para que los trabajadores se hagan un plan de pensiones privado, uno de los
mayores sostenes del sistema demencial y esclavista que padecemos, que son los
mayores responsables de las inversiones especulativas en todo el mundo, que
igual hacen negocios con el hambre como con el tráfico de armas.
¡Redistribución de la riqueza! ¡Reparto del trabajo! ¡Derecho al bienestar!.
Y
aún hay muchos trabajadores, gente del pueblo, que suspiran y mascullan frases
tales como “virgencita mía que me quede como estoy”, “como mínimo tengo un
curro” y otras lindezas por el estilo; pero ¡almas de cántaro! No veis que cada
mes vuestra nómina está menguando, que no sois más que mercancía, puras tuercas
de usar y tirar para los empresarios, que hacéis todas las horas extras habidas
y por haber y rechistando levemente por miedo a perder lo que hace tiempo se
perdió y nunca se tuvo.
Roba
que me robas te robarán y con nuestras almas se quedarán; y así estamos
perdidos y saqueados en esta patraña mafiosa con la marioneta y el delincuente
social Mariano Rajoy al servicio de la Gran
Bestia homicida que nos devora sin prisa pero sin pausa.
Y
estos esbirros de la muerte ajena, del terrorismo de estado e internacional
allá donde el imperialismo ponga sus garras y nuestros muertos, estos hijos
fruto de la semilla ramera de un mal padre y surgidos del vientre de una mala
madre, estos ladrones y genocidas de cuyos nombres no hay que olvidarse; estos
siervos de los Bush, Obama o quien toque la corneta en el Olimpo del gobierno
estadounidense. Ahí va ese gran furúnculo que nos tocó como presidente de las
Españas Imperiales y Eternas, ese Cid Campeador, ese paladín de las cruzadas.
El Aznar, el criminal de guerra, el jefe de las operaciones de las tropas
españolas que también cometieron auténticas vilezas y humillaciones a la
población iraquí, encubiertas por los posteriores gobiernos del P$OE de
Zapatero y ahora con el demente Rajoy.
La
oscuridad busca la luz y nosotros andamos a tientas en esta España donde no hay
ni antorchas con que alumbrarse; estos matarifes sádicos que en su extorsión
diaria nos han llevado a ser el país con mayor desigualdad social de la UE, son la degeneración de los
primates, la podredumbre de la inteligencia. No hay capitalismo sin muerte inducida ni
neoliberalismo sin exclusión masiva. Palizas, suicidios, invasiones militares,
miseria, corrupción, robo, esclavismo y esta plaga parasitaria en los
entresijos del poder de orden, mando y mato. ¿Hasta cuándo?.
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