El Lince Rojo

EL LINCE SOLITARIO RECORRE SU HÁBITAT LIBRE COMO EL VIENTO SIN OBEDIENCIAS, SERVIDUMBRES NI ADULACIONES.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Que siga la juerga que paga el de siempre



A los cacharros viejos se les tira por inservibles, ¡al carajo con ellos! al reciclaje vas o a cualquier rincón invisible para que te oxides en el olvido de tu muerte. Yo, tú, él, nosotros todos andamos en el mundo del mercadeo, un mundo deshumanizado donde no somos más que mercancías para producir y productos para vender. Eso sí cada vez más baratos, más precarios, más desahuciados y, si te descuidas, más muertos con la soga puesta para dar el salto final hacia la nada infinita. Y la maquinaria del poder que nos ahoga por designio de las voluntades del Capital y en contra de toda forma de libertad y de liberación humana anda con el gas en funcionamiento y a toda potencia para manipular mentes, encadenar piernas y construir bozales para que aprendamos a doblar la cerviz adecuadamente al paso de todo especulador de vidas humanas que ande suelto.
Millones de personas andan sin trabajo otras hastiadas en trabajos de eternas horas y salarios de infamia y todos en los infiernos de la precariedad. Y engrilletados estamos para mantenernos en un modo de vida esclavo; consumir lo que no necesitamos y lo que no queremos; y pobre de ti si la explotación no llama a tu puerta; sin trabajo ¿dónde vas? Nada hay fuera de las fauces de la Bestia homicida capitalista. No somos más que tuercas, prostitutas en busca de un salario de mierda para poder comer y seguir en este baile de máscaras. ¿Trabajo asalariado? Hoy me puedo vender, me estrujan bien los huesos, ya no sirves patada y al vacío de los horrores e infiernos económicos y sociales.
La exclusión de un mundo esclavista y alienante lleva en esta España neofranquista que nos devora implacablemente sucesos como el de Lorenzo, desempleado andaluz, en arresto domiciliario por luchar, por rebelarse por su situación, por la brutalidad y la inmundicia con que el estado burgués le amortaja, le arrebata, le mancilla su vida día a día. Su ejemplo el de la gran mayoría del pueblo español encarcelado y desvalijado por las hordas bárbaras que acampan en los entresijos de este gobierno corrupto y genocida.
Y los parásitos que ejercen el poder hoy como ayer con el insulto, la bofetada y el escarnio como norma y ley.
Justicia ¿qué han hecho contigo? Te han masacrado, vives alejada, arrebatada; te han dado garrote vil los caciques que se alimentan de nuestras entrañas; estos caníbales, hijos de asesinos y de ladrones que de nuestra sangre construyen sus palacios. Arrebatando ojos, criminalizando a desempleados, gaseando a disidentes, ahorcando a desahuciados y cuando no matan, mutilan a enfermos.
Y la burla continúa con lo previsible, con la noticia esperada de la no imputación de la infanta de esta España coronada y hasta la coronilla de estos Borbones por derechos de cruzadas y designios del matarife de El Ferrol.
Parece ser que esta mujer de retraso mental evidente no se enteraba de lo que firmaba, no era consciente que era socia de un entramado empresarial mafioso, corrupto, desfalcador, de robo de dinero público… vaya así que a vivir que son dos días y mañana nos vemos en Qatar o en cualquier país abanderado de todo estado de desecho que se precie.
Cómo se ríen de nosotros, qué jolgorios y festivales se montan. El rey de los alcoholes, del saqueo y de las escopetas que cuando abre la boca no hay ser que entienda lo que esputa este parásito. Y del brazo de otros delincuentes y sinvergüenzas que todo infierno desearía tenerlos en sus llamas, esos terrorista que están detrás del poder: banqueros, empresarios salidos de la vagina criminal de la CEOE, especuladores financieros…
Como duele esta sangría impune, ilegítima y bárbara que cada día deja sembrada las calles de algún lugar de la Hispania secuestrada de ciudadanos muertos por la estafa que nos acribilla. Unos retenidos en sus casas, otros expulsados de sus moradas al horror de la muerte en las calles y todo el aire que respiramos a un paso de ser robado en nuestras propias narices. Vidas privatizadas, existencias enajenadas y la princesita y familia viviendo alegremente en el país de las maravillas feudales y de los latrocinios consentidos esperando seguir con el juego hurtado y sus cartas marcadas.

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