Hoy
como ayer hablan de brotes, rebrotes y la vuelta del virus diablo con
rabo y corona. Vuelven a estar en muchas regiones españolas los
centros de atención primaria al borde del colapso. Los medios de
intoxicación masiva van poniendo el dedo acusador en la gente que se
amontona aquí y acullá. No será que tenemos una sanidad pública
privatizada y que continúan en ello. No será que no hay personal
sanitario y que los hachazos criminales al bien común nos han
llevado a esta situación de caída libre y sin salvavidas. Con una
sanidad pública bajo mínimos, arrollada en la ciénaga. Sin ir más
lejos el CAP que tengo al lado de mi domicilio se cerró desde el día
del confinamiento y así sigue. En Cataluña el gobierno de
incompetentes, ultraliberales, corruptos que padecemos son los que
han saqueado los servicios sociales hasta dejarlos en los huesos
desechos de los muertos. Esta gente de triples residencias, sueldazos
de más de cien mil euros, asesores inútiles, secretarios y coches
con chófer pagados por todos son los que han mercantilizado la
sanidad, los que anteponen la economía criminal capitalista al
bienestar de la gente. Estas sanguijuelas, estos politicastros son
los que deberían estar en el banquillo de los acusados juzgados por
tribunales populares y sentenciados por crímenes de lesa humanidad.
Acaso el exterminio de las residencias de ancianos; desprovistos de
material y personal; anteponiendo el beneficio a la vida de los
mayores no es un crimen. Yo diría y afirmaría rotundamente que sí.
Y, sin embargo, estos infrahumanos sicarios del capital se irán de
rositas como si aquí no pasara nada. Mientras las desigualdades van
creciendo exponencialmente. Una cuarta parte de la población
española viven en el hambre. Un horror, un fracaso de la sociedad.
Esta chusma gobernante que vive de las ubres resecas del Estado no
verán sus huesos en la cárcel. No pagarán ni lo más mínimo el
habernos expoliado para privatizar hasta el aire contaminado que
respiramos. Cuando lleguen las elecciones cleptocráticas saldrán
elegidos los mismos verdugos de siempre. Dentro del sistema global
capitalista no hay más camino que el barranco y la esclavitud. Pero
ya sabemos que es lo opuesto a la barbarie dominante y ese es el único rayo de esperanza, la
única alternativa vital que nos queda; no hay otra posible.
Leerte empuja a despertar y a ser libres, a rebelarse y arder por esa única alternativa vital que nos queda. Totalmente de acuerdo con que un tribunal popular debería condenar a todos esos criminales del terrorismo establecido legalmente... Porque mientras no lo hagamos, seremos condenadxs el 90% de la población mundial.
ResponderEliminarMe ha encantado Daniel Higiénico, no lo conocía, gracias!
Salud.
Salud Mareva
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