Los
patriotas de dinero en paraísos fiscales, de pelotazos urbanísticos, de saqueo
de dinero público, de privatizaciones de sanidad, educación y todo servicio
social que ande suelto.
Los
defensores de la vida de los cigotos mientras matan de hambre y roban a tres
millones de niños de este sometido país, asesinan a inmigrantes en Ceuta,
expulsan a centenares de miles de españolitos que les han quitado el pan y la
vivienda a buscarse el infortunio a otros lugares del mundo, mancillan el
cuerpo de las mujeres sin pudor, ultrajan el patrimonio público que queda ¿aún
queda algo? en esta Hispania borbónica de brazo en alto y cara al sol desde el
año 39.
Nos
paseamos por los bosques, montes, praderas y cada paso deja una huella que se
mercantiliza, una esencia nuestra que comprueba como el Estado quiere poner su
mano destructora y convertir nuestro árbol en una aberración urbanística, en un
coto privado de exterminio animal o de caza que es lo mismo que es igual, en
una finca privada para uso de privilegiados, en un campo de golf o en infinitos
atropellos contra la protección del medio ambiente, contra lo que es de todos,
un nuevo atentado más. En su afán por trincar dinero, engordar ilícitamente su
estómago, su bolsillo, su nada en la mente rellena de miseria, de codicia, de
asco. La repugnancia humana, el Ministro de Agricultura Transgénica, Hambre y
Destrucción del Medio Ambiente el aborto sustraído de las tripas del Opus, el
abominable Arias Cañete; en su cruzada por arrasar todos los campos del país ya
ha puesto el ojo, la bala y el robo sobre unos montes públicos situados en
Cádiz, una zona protegida por su alto valor ambiental y paisajístico y que se
encuentra dentro de un parque natural; la finca pública que quieren hurtar con
premeditación y alevosía se llama La Almoraima, el deseo de este desecho humano
ministerial y la camarilla que le rodea y esputa veneno sobre nuestros
corazones es robar y vender para construir un complejo turístico de lujo con
hoteles de cinco estrellas, aeródromos, campos de polo… La destrucción, la
muerte y el latrocinio no acaban aquí, como ya sabemos; la mafia gobernante ha
puesto sus redes en los montes públicos de la península para venderlos; sólo en
Castilla La Mancha
la lista se eleva a 57.
Y
MIENTRAS EN LAS PANTALLAS SE VEN HORMIGUITAS JUGANDO A LA PELOTA EN QATAR un país
privado en manos de un régimen criminal dirigido por un dictador asesino, el
emir Bin Kalifah, donde miles de personas mueren en sus centros de exterminio laboral.
El susodicho sátrapa y acólitos saquean esta nación petrolera que organizará el
mundial de fúngol de 2022; un lugar maravilloso donde se degüellan todos los
derechos humanos, se esclavizan a millones de trabajadores extranjeros, las
mujeres son tratadas peor que la basura que se lanza a los containers… En esta
zona del mundo de los mundiales ya han muerto 400 obreros que trabajaban en la
construcción de estadios y diversas construcciones para la celebración del
acto, teniendo en cuenta que aún quedan ocho años para que se inauguren estos
fastos balonpedísticos, se prevé que 4000 trabajadores fallezcan para mayor
gloria de la dictadura qatarí, de jugadores que se embolsarán sus millones de
euros o petrodólares, gángsteres de traje y corbata metidos en el negocio-opio
del fútbol y, todo ello, para dar una buena dosis de circo a la gente.
“Trabajamos con el estómago vacío durante 24 horas; 12 horas trabajando y
12 sin comida toda la noche. Cuando me
quejé, mi jefe me agredió, me echó del lugar donde vivía y se negó a pagarme.
Tuve que mendigar por comida”, dijo
Ram Kumar Mahara, de 27 años.
En
el silencio de la tarde, cuando ya oscurecía, la pelota se introdujo en la red
quieras o no oíste gritar a la gente ¡Gol! Contentos, exhaustos, se ve que
habían ganado algo con ello. La masa gregaria que muestra alegría y petardeo
¿se llevan algo con ello? No hombre, no, los jugadores y los magnates que
dirigen el festival se llevan ricas prebendas de este espectáculo mercantil
millonario. El equipo ganador lleva a Qatar en su corazón y en la camiseta
también… alguien se acordará de un país que esclaviza, que mata, que viola los
DDHH mientras una orgía de descontrol y bocinazos llena las calles….
“Trabajamos con el estómago vacío… Cuando me quejé, mi jefe me agredió…”
oeoeoe.
Se
abandonó la hipocresía y nos topamos con la cruda realidad de gente exprimida,
vejada, mutilada y el ruido de los estadios y el silencio que ensordece seguía
su camino para acallar los llantos de la injusticia.
El hambre y la necesidad son ahora utilizadas por los esclavistas de siempre de tal manera que el esclavo asuma su esclavitud de manera "voluntaria" y "democrática". Quienes gritan ¡gol! son no sólo cómplices de esta obscena estrategia, sino esclavos ignorantes a su vez.
ResponderEliminarHay que colgar a toda esta principesca casta de asesinos.
Salud!
Y lo asumen y, lo peor, es que en muchas ocasiones ni se dan cuenta o no se quieren dar cuenta.
EliminarSalud!
Y digo como tantas veces, todo esto sale a la luz y no pasa nada, la gente ya se ha insensibilizado de tal modo que ni aun siendo ellos mismos los afectados, dejan de pagar por ver el fútbol, es de locos. Quizás nos lo merezcamos; Se lo merezcan, porque yo no voy a ver a los millonarios jugar a la pelota, aunque por supuesto también me afecta de forma indirecta el tipo de sociedad en el que me obligan a vivir (no hay otra, no dejan que la haya) .
ResponderEliminarSalud!
No vas a verlo pero lo pagas; de nuestro bolsillo pagamos estos fastos y los sueldos millonarios de los jugadores de manera directa o indirecta.
EliminarSalud!