Estos
amantes de la patria catalana, católicos, apostólicos y romanos; burgueses y
servidores de desfalcadores, grandes empresarios, banqueros con o sin pasaporte
catalán. Amigos de lo privado, de privatizarlo todo, de robar el suelo, el
aire, el paisaje, la salud, la educación y regalarlo al mejor postor para que sus amiguetes
saquen un elevado beneficio económico a costa de las clases populares cada vez
más pobres y de clases medias cada vez más derrumbadas.
Y
estos mafiosos administradores del capitalismo, expertos en el doble lenguaje,
líderes en expolios, robos, latrocinios a sus ciudadanos con la matraca de las
esencias, mitos y leyendas de una nación secuestrada y maltratada por el vil
estado español.
Pero
detrás de estos juegos malabares existencialistas y detrás de la senyera se
esconden intereses de clase, de las clases privilegiadas catalanas, que no
dudan en ponerse de acuerdo y en ser el referente de sus homólogas españolas.
Detrás
de este partido nacionalista conservador se esconden políticas ultraliberales; privatizando y pauperizando el pírrico
estado del bienestar existente en Catalunya.
Apoyando
todo el desfalco social al que está inmerso el PP, bebiendo la misma agua que
empresarios y populares a la hora de aprobar esta Reforma Laboral, una puerta
abierta de par en par a favor del despido libre y la precarización absoluta de
toda la clase trabajadora de este país. Abocando a la miseria a millones de
españoles y catalanes incluidos dando sus votos al lado de los últimos
atentados sociales y económicos perpetrados por los de la gaviota (subida del
IVA, bajada de las cotizaciones sociales, rebaja del salario de funcionarios,
copago farmacéutico y un largo etcétera). Y allá donde hayan medidas que
ataquen a los trabajadores pues allí encontraremos a la tribu de los Mas, Pujol
y compañía; que si el PSOE privatiza, aprueba pensionazos, fomenta despidos y
ataques al derecho del trabajo a través de anteriores reformas laborales pues
allí que están ellos. Y no hablemos de la Corona cualquier propuesta por nimia que sea para
controlar al Borbón, pues nada, ellos también se oponen…
Que
si hay que quitar todo derecho de huelga, aporrear a cualquier persona y/o
colectivo social que luche contra el desguace, robo y esclavitud impuesto,
promocionado y aprobado por esta cohorte de piratas se hace, se cambian las
leyes y punto.
Y
si hay que mentir, manipular o construir castillos en el aire pues se envuelve
todo con la senyera catalana y se usa los medios de comunicación de masas para
justificar, evadir responsabilidades y presentarse como los garantes del saber
hacer y del buen gobierno catalán todo ello con sus voceros seudointelectuales,
periodistas a sueldo y un conglomerado de estómagos agradecidos dispuestos a
reír las gracias y a cacarear los atropellos cometidos por esta gente.
Pero
la realidad es tozuda y detrás de todo este teatro, de toda esta droga hay un
ataque deliberado hacia las clases trabajadoras y populares catalanas
retrocediendo a cotas propias del siglo XIX en temas laborales y sociales.
Podrán
vulnerar, mancillar, perseguir toda protesta, revuelta social contra los
atentados políticos, económicos y sociales que se están perpetrando.
Legalizar
aún más el miedo, el terror, la tortura porque saben que no tienen la razón,
que están cometiendo violaciones fragantes contra los DD.HH, porque están
instalados en la defensa de un capitalismo que campea ferozmente hacia un
fascismo que hay que combatir y eliminar.
Porque
como ya hizo el fundador de la Lliga
Regionalista catalana, antecesor ideológico de los inquilinos
actuales de la Generalitat,
durante el primer tercio del siglo XX, Francesc Cambó, que no dudó ni un
momento en aliarse con las clases privilegiadas españolas a la hora de apoyar
el golpe militar franquista; porque en el momento de defender privilegios y
servidumbres económicas no hay bandera ni estampita que se interpongan en sus
caminos.
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