La pandemia que vivimos está dejando en la miseria a millones de
compatriotas, a trabajadores que vemos como la precariedad no sólo
asoma por la ventana sino que nos devora hasta las entrañas.
Mientras se nos exige más y más sacrificios infrahumanos; los
responsables políticos que saquean los fondos públicos del Estado burgués no se rebajan ni un céntimo sus vergonzantes emolumentos. En
Cataluña el presidente fantasma de la Generalitat cobra mucho más
que el presidente del gobierno y que todos los demás presidentes de
los distintos gobiernos de taifas autonómicos. Un sueldo superior a
los 150.000 euros al año mientras que los consellers perciben más
de 115.000 euros. Para ser gentuza que continuamente hablan de la
represión que sufren por parte del maléfico Estado opresor no está
nada mal. La sangría continúa con otros cargos de mierda, de la
nada y el saqueo como son directores y secretarios generales que
trincan unos 90000 euros anuales. Y así sucesivamente con otros
cargos de confianza y corrupción; instituciones creadas para colocar
a amiguetes y afines con sus sueldazos a cargo de la saqueada y
hastiada sociedad. Subhumanos adictos al crimen y al caciquismo
posmoderno viven de puta madre gracias al expolio del bien común.
Continúan su vorágine de privatizaciones y degüello a los
menguados y extintos servicios sociales. Hospitales desbordados por
la mercantilización que han sufrido y sufren fruto de políticas
ultraliberales acaecidas en todos los rincones de nuestro país. Y así
nos encierran por las noches en nuestras mazmorras para evitar más
contagios mientras no se invierte ni un euro en poner más trenes,
autobuses, metros para que estos no estén atestados de personas
donde es imposible mantener distancias sociales ni antisociales. Y
nos encierran en nuestras casitas de papel y por las noches con
premeditación y alevosía se echan a la calle a familias porque no
pueden pagar el alquiler de una vivienda como ha pasado en Ciutat Meridiana, un barrio popular de Barcelona, donde se ha desahuciado
una familia con tres criaturas. De vergüenza. Y así vivimos en la
barbarie. A unas víctimas del sistema se las echa de sus casas
mientras los gestores del crimen nos soplan hasta 150000 eurazos al
año para sus tropelías y financiar sus vidorras. Fetén.
Y seguirá pasando, porque no se lo impedimos, bueno ahora menos que nunca, ya nos han destruido por completo.
ResponderEliminarSalud!
Habrá que ponerse en pie no queda otra
ResponderEliminarSalud!