Y
¿ahora qué pasa? que me estás contando sobre no sé qué cuentos de los derechos
humanos… eso se lo pasan por el mismísimo forro; si quieres recuperar lo que es
tuyo, nuestro, lo que es el bien común y no quieres morir porque hasta el aire
contaminado te lo han birlado y has de pagar lo que no tienes por ello, muerto
al olvido te vas y en otros infiernos ya no nos encontraremos; ponte a prueba y
realiza un curso sobre fabricación y uso de cócteles molotov o expropia el
primer banco ladrón que pase por tu esquina.
Y
mientras cavilo y me mato a andar para no tener problemas con mis
articulaciones reumáticas y me trago todo el aire que mil tubos radioactivos
expulsan para jugar a la ruleta rusa con mi vida; pienso y me río un rato
porque después no podré comprarme alimentos orgánicos y ecocapitalistas para
poder seguir una dieta bioguay y de cuidado de mis órganos sulfatados. Porque
ya se sabe que toda esta moda de lo sano, sanísimo, sanote es para las clases
pudientes y un buen negocio; ¿cambiar el sistema para que todos podamos comer
de manera sana y de proximidad próxima? Venga, hombre, nada más lejos de la
realidad macrobiótica actual, todo puro marketing comercial y a la búsqueda del
mercado y hacer negocio que eso es lo que mola lo orgánico a precio de finca
bunquerizada lejos del mundanal ruido ruiseñor de la plebe de estómagos vacíos
y de mil pesticidas matando intestinos hambrientos. ¿Y los otros, los
ecológicos, que no llevan peticidas? Pues claro, es otro timo más de la vida
neoliberal cotidiana. El sistema todo lo come, lo consume y lo transforma
según sus deseos y las modas que la
Bestia del Capital buenamente le convenga digerir para los
números sin corazón en que nos hemos convertido.
Y
quizás la próstata no aguante y los criminales de las SS capitaneados por
cualquier empresa transnacional de expolio público garantizado me apunten con
sus cámaras de gas en estos mundos de Mauthausen y sus sedes de exterminio
físico y mental programado y me lleven a un callejón sin salida. No puedes
pagarte la operación, no hay dinero que en yate nos lo llevamos, me jacto en tu
cara y te pateo el hígado y con tus restos nos pondremos a adornar nuestros
jardines de millones de almas fusiladas. ¡Al cadalso se ha dicho! Y el rey, que
cosas tiene este país que hasta somos súbditos; ¡oye! que se vuelve a operar y
nada a pagarlo entre todos; como es el Borbón que le da igual público, privado
o mangado que para el caso es lo mismo; toda esta lacra privilegiada de coronas
borbónicas y toda esa prole ladrona que hay que mantener con sus banqueros y
empresarios de jaulas deslocalizadas a nada y menos la hora por muerte acaecida
en cualquier lugar de este mundo globalizado de horrores y tierras arrasadas.
Y las vueltas que da la vida y las piernas que me dirigen por estas calles de
la Barcelona que en parque temático universal la quieren convertir. La “millor botiga del
món” donde las desigualdades sociales en aumento diario a la deriva van, en la
ciudad de los prodigios fulminados donde nacer en un barrio popular te lleva a
tener una esperanza de vida diez años menor que el que nace en los barrios de la Barcelona Chic y orgánica toda
ella. Y años tras años de mercadeo y fiebre privatizadora y especulativa ha
llevado a los coletazos antisociales de ese vómito de los CiU de estados
propios privatizados de esclavismo, casino y paisajes calcinados. Agua con la
que te lavas privatizada está y si mañana te mueres los funerales negocio
privados son; que de todo se ha de sacar rentabilidad y robo al por mayor oye.
Y si de derecho a decidir hablamos pues pon un puerto privado de lujo en medio
del barrio obrero de la
Barceloneta y como de violencia estamos hablando se devora el
espacio público para montar esa obscenidad. ¿Y se consulta a los vecinos por si
quieren acometer semejante atropello urbanístico? ¡Qué me estás contando! Se
realiza por sus santos co… ultraliberales y de mente criminal, aquí no hay
votación, ni consultas ni derechos a decidir que valgan dos rábanos; y todo
ello con el apoyo de sus almas gemelas del partido fascista del PP con sus
yugos y sus flechas. Y todo el centro de Barcelona que se ha convertido en una
especie de parque de atracciones a favor del turismo de barra libre, alcohol y
ruido donde no se piensa en sus habitantes se les silencia, se les persigue;
¡qué traguen! Que esas zonas son puro negocio, pura diversión de ocio decadente
y degradación permanente para los ciudadanos que viven allí.
Se
oye el llanto de un niño quizás no tendrá para comer; la miseria avanza y
seguimos en el mundo de Sísifo en un sistema que nos lleva hacia la
autodestrucción. El trabajo que tengo y no tendré las veinticuatro horas del
día matando mi libertad, el salario esclavo o la nada depresiva hacia esa senda
caminamos con la expropiación como único medio de vida digna a la que se
aspira.
Y
mientras tanto ese furúnculo de Pujol, esa voz insufrible de la corte del rey
Mas y sus Junqueras neoconservadoras; ese alcalde de Barcelona que no pierde el
tiempo privatizador y allí va anhelante mercantilizando las escuelas infantiles
y lo que pase por sus manos repulsivas y homicidas.
Y
en el silencio de la noche alguien gritó ¡Goool! Algún evasor fiscal, un
mongoloide de neuronas fulminadas, un jovencito de pantalones cortos y millones libres de
impuestos en el banco metió una pelotita llena de opio en una red. Todo el
estadio en pie y las calles vacías se llenaron de gente en cuestión de segundos
celebrando la droga oficial.
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