Tiempo
de liquidaciones para todo lo que huela a tierra, a campo, al aire que
respiramos, a la belleza de los bosques verdes que presenciamos y que poco a
poco se ven esquilmados, robados, ultrajados por las manos y las bocas
devoradoras, siniestras que todo lo negocian, lo expolian, lo queman, lo
edifican. Muros de cemento, ríos muertos navegables para el turismo simplón y
depredador, beneficio para las hordas del mal, de la muerte que secuestran el
poder y generan miseria, engaño, oprobio para la mayoría que queremos
sumergirnos con la sabiduría, la libertad y transformarnos en savia para la
tierra que el suelo dueño de nadie es disfrute de todo lo vivo y arruinados
estamos viendo como los cigotos de la muerte calcinan los montes; ahí van los
especuladores de nuestros pulmones a negociar defunciones y prebendas en los
altares del terrorismo imperante.
El
gobierno fascista, la mano que nos degüella, los sicarios del capitalismo
mafioso que nos adornan el corazón con la fina estocada de mil sables; a
hincharnos a mil pastillas por la infelicidad impuesta y compartida que mil
humos contaminantes al cerebro van y a la calle de la desesperanza nos vamos a
dormir después de robarnos tiempo de vida que ya no existe, que hurtado está.
Rincones de este país calcinado, puestos a la venta, parques nacionales ya de
por sí destruidos, que no han podido escapar de la barbarie productivista, de
la sinrazón consumista, de la danza de la muerte de la construcción de
aberrantes edificaciones en paisajes naturales, en el reino de la belleza
sinónimo de naturaleza; escupida, violada, arrasada por la sacrosanta biblia
del Dios mercado en un mundo finito y en un saqueo ilimitado, infinito que hacia la
autodestrucción segura vamos. Ahora desde Aigüestortes hasta el Teide pasando
por Sierra Nevada la muerte, la rentabilidad económica, es decir, la
destrucción y el saqueo sin fin a estos parajes ya de por sí mutilados es un
hecho. Y ahora estas defecaciones del Franco que vivo está y en sede parlamentaria
cada día aúlla más fuerte imponiendo construcciones monstruosas,
antiecológicas, de amor al crimen y a sus bolsillos de ladrones consumados;
gasoductos que envenenan nuestros suelos, nuestras aguas, nuestros acuíferos.
Los que persiguen a las mujeres para imponerles cómo tienen que actuar con su
cuerpo con leyes a favor de un endurecimiento del aborto como quiere y aprobará
esa ínfula opusdeista y de sangre falangista Gallardón. ¡Hipócritas! ¡Cínicos!
Abogáis por la destrucción del medio ambiente para vuestra máxima rentabilidad
económica mientras ponéis en peligro evidente la supervivencia y la vida digna
de las generaciones venideras. Esta ciénaga de corruptos y genocidas
profesionales; el hambre que acecha a tres millones de niños y la desertificación
de nuestra tierra en un planeta finito al banquete os apuntáis para regocijo y
algarabía de vuestros amos de la
Bestia capitalista que de la miseria, la exclusión, el robo,
el expolio, la injusticia vive, se enriquece y nos mata a todos.
¡Y
mirad cómo lloran! ¡qué lamentos! Esa ralea ladrona, esa plaga de escorbutos
parlantes, esa oda a la infamia, esa casta que viaja a costa nuestra y contamina
los aires y pervierte y fusila nuestra paz. La mujer de extrema derecha y de
marido terrorista y de lengua bífida, el principito de los Borbones y sus vidas
de lujo y sus padres fratricidas y sus cabezas esperando a Robespierre que
nunca llega y demás personajes del fascismo homicida calculando mal sus
negocios y las grandes empresas de la
España precaria, del trabajador desahuciado y del canto a los
muertos vivientes pegando golpes porque el expolio de los de siempre a través
de esa coartada de diversión, dispendio y negocio asegurado de Juegos Olímpicos
para los terroristas de siempre fracasó.
Y
DEL VÍA CRUCIS DE LA VIDA COTIDIANA
A LA VÍA CATALANA
POR LA INDEPENDENCIA. Sin
ambigüedades, sin contradicciones, sin más estado que uno catalán unidos de
mano en mano cruzando Cataluña. Y allí estarán también el padre de Banca
Catalana y miembros de los mejores genocidas neoliberales catalanes que
gobiernan esta patria enladrillada de costa a costa, la Cataluña donde más de
50.000 niños están malnutridos por culpa de unas políticas económicas que son
un canto al capitalismo mortífero y de estado privado y de depredación
constante. Y el violador profesional de los DDHH el conseller Boi Ruiz, fiel
representante de Mengele su compadre, afirmando que en Cataluña no hay hambre,
que es voluntaria; palabra de corrupto, antiobrero y ladrón y suma y sigue con
los más de tres millones de excluidos sociales, con los derechos sociales
trillados, puestos al servicio de La
Caixa, del Barcelona World o de Qatar a mil latigazos
condenados estamos y las oligarquías financieras y económicas estrujándonos el
cuello sea cual sea el trapo que ondee en los Parlamentos… Si le dan la mano al
ladrón, xenófobo y peor persona de dinero en Suiza declarado el rey Pujol,
donde todo medio de intoxicación masiva en estos parajes privatizados del conde
Godó y afines le rinden pleitesía, pues agárrenlo del cuello y pónganlo en
cualquier dependencia judicial imaginaria y un tanto por ciento con esas almas
sanguinarias que en la
Generalitat se encuentran y con tanto genocidio social y
ahínco sin rubor se dedican a esclavizarnos cada día un poquito más. Y apuntad
a Bruselas hombre, que si estás en la
UE tendrás que seguir rindiendo tributo a la Alemania del IV Reich e
hincando la rodilla ante el Imperio de los drones y los Guantánamos.
¡Qué machaque neuronal sin ton ni son! Trescientas horas al día vía radiodifusión televisada
dominadora de mentes y de consumos desenfrenados con el independentismo
neoliberal de dependencia asegurada de mercados de compra-venta de seres
humanos y demás seres vivos que a las puertas de la opresión más vil en marcha
vamos y el pensamiento único domina y nos consume cada día y nuestras noches
con tranquilizantes pasamos y mañana vuelta a las servidumbres diarias.
No
soy de banderas, cada día menos y la patria los que me rodean y la naturaleza;
cada vez más esquilmada, más mercantilizada. Y ante tanto resplandor
identitario ponme una bandera republicana, o mejor aún, una roja y negra también. Y
mañana otro día más y Mas en la masía de los Millet y compañía.
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