El
Rey del capital, la corrupción y la cleptocracia parasitaria que reina en este
país habla, luego rebuzna. Inquieto ante la situación política de las Españas
entre otros ladridos ha comentado, y resumiendo semejante bazofia discursiva,
que debemos remar todos en el mismo sentido, que no es hora de quimeras o que
debemos sacrificar nuestros intereses individuales en aras del interés general.
Es
normal que el Borbón emita estos comunicados; mantener la realidad vigente para
él y sus acólitos es proseguir con la fiesta, el jolgorio y la corrupción
actual por obra y gracia de Dios, Franco o la sacrosanta constitución.
Que
a las clases trabajadoras nos esquilmen y nos roben diariamente, que la
esclavitud laboral es más que una realidad, que el edificio social está en
ruinas, que se produzcan más de 500 desahucios diarios, que el 25% de los niños españoles estén cerca de la desnutrición… pues al Hijo de la
Gran Corona le da igual. Él y su cohorte de
chupópteros a lo suyo, a rapiñar, a mantener sus privilegios con sus
fiestecicas, sus safaris, sus corruptelas, sus amantes, sus guateques con sus
cortesanos y ministros hoy Rajoy, ayer Zapatero y antesdeayer Aznar y así
retrospectivamente. Reuniéndose y alabando las políticas económicas impuestas
por los grandes banqueros, grandes empresarios, financieros... Y las clases
populares, pues nada, esclavizadas y manteniendo a todos estos sátrapas. Es lo
que tuvo la Traición
democrática; se murió Franco y su espíritu siguió vivo y coleando dejándolo
todo “atado y bien atado”.
La
cleptocracia burguesa parlamentaria parió OTANES, sindicatos amarillos,
desuniones europeas ultraliberales, monopolios ultraconservadores de los medios
de incomunicación, de la economía, de la política, de la justicia… y en la cúspide
del barco que se hunde, el Rey de los timadores JC I.
Y ahora el parásito me dice
que no tenga quimeras, yo que estoy esclavizado por él y los suyos, las clases
privilegiadas, que están saqueando el país. Pues sí señor, tengo sueños. Y mi
quimera es que usted no se muera en el trono o en el yate, me da igual, como
pasó con el otro que falleció en la cama. Quiero la República porque es un
acto de justicia histórica, y que su destino y el de su familia sea lo que el
pueblo y la justicia popular decida. Quiero que los de abajo tengamos la
hegemonía política de este país caminando hacia una democracia representativa
y/o directa. Que todas las posesiones y bienes que detenta la corona así como
la de todos los poderosos que están ultrajando a las clases populares de este
país estén bajo control público, por bien del interés general. Quiero justicia
social. Quiero que se destruya la máquina burguesa del Estado, auténtica
trituradora de la vida y las esperanzas de los oprimidos y explotados de este
país.
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