Esta
semana un ser o no ser metida en bótox ha puesto letra a la marcha
militar patria mientras tributa en Miami y se dice a ella misma que
se siente orgullosa de ser española, orgulloso de sentirse de donde
uno ha nacido, que tontería como dijo Arthur Schopenhauer “Todo
imbécil execrable, que no tiene en el mundo nada de que pueda
enorgullecerse, se refugia en este último recurso, de vanagloriarse
de la nación a que pertenece por casualidad”... y la cosa no
hubiera pasado a mayores si dos representantes de la derecha extrema
como son Rajoy y su hijo Rivera no hubieran alabado semejante letra
fascistoide, cursi y de vergüenza ajena. Este ser, que se tildó a
sí misma de machista, que se fue a levantar la moral a las tropas
criminales hispanas que fueron a defender los saqueos y las masacres
imperiales en la denominada Guerra del Golfo de principios de los
noventa del siglo pasado; ha llenado de ripios cloaca el actual himno
de hoy y franquista de ayer. A mí los himnos me dan igual y no hay
ninguna melodía ni nacional ni regional que me diga nada más bien
indiferencia absoluta. Lo que el himno no cuenta o no canta porque es
mudo es el saqueo de la sanidad, de las pensiones, del bien común
que ha lapidado este gobierno y los anteriores de psicópatas,
criminales, corruptos. Estos patriotas de dinero en Suiza y con la
estimable ayuda de ciudadanos, socialistos, pedecatos, mendecatos,
peneuvistas y demás morralla infecta siguen donando dinero público
a la mafia privada bancaria, siguen echando violentamente cada día a
familias de sus casas porque no pueden pagarse la hipoteca o el
alquiler, han dejado que tres millones de niños y más de trece
millones de hombres y mujeres vivan en el hambre; que la esclavitud
laboral sea un hecho y un desecho para mayor gloria de los grandes
empresarios. De esto y de nada en particular nos cantan los himnos
nacionales donde esta gentuza se sienten tan “orgullosos” para
que no se hable del robo económico y social que cada día perpetran
estos representantes de la cleptocracia borbónica.
UN RAPERO irá a la cárcel tres años y medio por injurias a la corona
y enaltenación al terrorismo. Así andamos de delito de odio en
delito de odio encarcelando personas para callar ideas.
De
Felipe V a Felipe VI toda la corte borbónica que ha expoliado a este
país ha estado llena de depravados, felones, alcohólicos,
comisionistas, corruptos, parricidas de todo un poco vamos. Se
consiguió echar a Isabel II una enferma sexual, ladrona a manos
llenas pero la caída de la efímera Primera República nos devolvió
de nuevo esta saga infame con la Restauración hasta que el
financiador de cine pornográfico, golpista y chulesco Alfonso XIII
tuvo que coger las maletas y huir; con el golpe de estado fascista contra la II República vino la tiranía genocida franquista que barrió España durante cuarenta
años que nos trajo a la muerte del dictador gracias a su dedo divino a
Juan Carlos I, el rey emérito, ya sabemos su historial comisionista;
multimillonario gracias a la corrupción intrínseca de esta gente;
parricida, amante de las fiestas y coleccionista de amantes y matador
de grandes mamíferos todo ello a costa del erario público y no se
vayan todavía que la juerga continua ahora de la mano del siniestro
Felipe VI.
Y
como la justicia es igual para todos pues el privilegio será juzgado
en otra vida mientras tanto los pobres sin demora van a la cárcel
por decir lo que no deben decir en un mundo donde la libertad de
expresión va de arriba a abajo y sobre todo su imperio reina allí
donde tenga el altavoz mediático. Y su amo ya dirá lo que debemos
oír.
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