Tres millones de españoles en situación de pobreza extrema; donde cada día se come
hambre y la desesperación es la manta que abriga los cuerpos de estas víctimas
del exterminio capitalista. Y como el horror no acaba aquí y su caja de
resonancia aún es más grande el nivel de exclusión social afecta a cerca de
trece millones de espíritus linchados en este país vilipendiado por las castas
fascistas de ayer, de hoy y de siempre.
Pobreza
que aumenta, que te devora, que te arroja en el mar de la angustia, de la esclavitud
aunque tengas, en muchos casos, un trabajo de remuneración infumable y con tu
tiempo dedicado a la servidumbre más abyecta que te deja a la intemperie, a
merced del robo cotidiano y te abandona desnudo y con la casa al borde del
precipicio listo para el maltrato, la violencia gratuita que te desampara
abrazado a la amargura.
Millones
de personas que sobrevivimos en este estado de regiones, países, naciones y,
sobre todo y ante todo, de multinacionales del latrocinio de la tierra que
pisamos y con nuestros cuerpos lastrados para poder mantener a toda la banda
del lujo, la corrupción, los sobres, las evasiones fiscales… Se oye un niño
llorar, trece millones de chavales se unen al coro; la camorra les ha quitado
la infancia de golpe los quiere ver postrados y medio muertos es el fin de todas
estas políticas de la infamia ultraliberal.
Y
la larva que preside el régimen borbónico, el esperma contaminado que nos dejó
el enano matarife de El Ferrol, el holograma sirviente de los poderosos y
auténtico matón popular y usurpador del aire que nos mantiene en pie alabando,
elogiando, exaltando las virtudes de nuestro sistema laboral esclavista, de
sueldos de mierda, de despido libre, de trabajadores de usar y tirar, de
nuestras sendas y atajos hacia modelos explotadores chinos o, aún mejor,
bangladeshíes para mayor gloria, furor y risa eterna de los empresarios. Ahí
estaba el jefecillo de los corruptos y genocidas de este país vendiendo carne
humana gratis en el país nipón.
Este
cáncer que se va extendiendo a toda velocidad por la geografía hispana; estos
abortos del aguilucho con sus brazos bien extendidos cantando el cara al sol,
estos talibanes enemigos de la libertad sexual, de pensamiento, de la razón;
legislando en nombre del Opus y metiéndose en los cuerpos de las mujeres
volviendo a épocas de Torquemada.
-¿Y
qué patrimonio cultural tienen estas fracturas mentales que campean y gobiernan
estos reinos del borracho ladrón y coronado Borbón?
-Hijo
mío; ellos han impuesto que la fiesta del martirio, el sadismo, la sangre fruto
de la tortura, la muerte de la inteligencia, la lidia y sus toros sean
patrimonio cultural español. Esta es la España secuestrada, amortajada, violada por la
casta franquista, hijos de la cabra de la Legión, auténticas defecaciones subhumanas,
caníbales que siguen en el poder por obra y gracia de Franco y su maldita
vagina procreadora de estos homicidas de la belleza.
-¿Y
qué más hace falta para convertir esto en el mejor de los mundos infierno para
las capas populares?
-Supongo
que como el NO-DO ya está reestablecido sólo falta que vuelvan a imponer el garrote vil, estará en vías de estudio. Dado que la tortura policial, los
linchamientos en las cárceles, la brutalidad con que las porras del sistema se
aplican en las manifestaciones son más que evidencias de que sus deseos irían
por estos andurriales inquisitoriales.
Y
COMO NO SÓLO DE LINCHAMIENTOS EN MARCHAS Y MANIFESTACIONES MALVIVE EL HOMBRE Y LA MUJER. En la Cataluña privatizada de
los Mas corruptos y antiobreros, los mossos d´esquadra se dedicaron a dar una
paliza hasta la muerte a un hombre vecino del barrio barcelonés de Ciutat
Vella. Estos escuadrones teledirigidos por el poder de la Generalitat no sólo
dejan tuertos a personas sino que van más allá de la tortura y el linchamiento
y si hay muertes de por medio, mejor que mejor, gajes del oficio que de la Gestapo todo se aprende. Sólo
en 2012 hubo nueve fallecimientos bajo custodia policial en tierras catalanas.
Y
no olvidemos los casos de maltratos y vejaciones que se producen dentro de las
cárceles españolas; la espeluznante y silenciada historia de Noelia, presa que
ha sido violada, ultrajada, martirizada por sus secuestradores, carceleros. Todo
un canto al espanto que resuena en los altavoces de la injusticia que nos
amarga el café con sus dos cucharaditas de cianuro diario de todas las mañanas.
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