Juan Francisco Díaz un trabajador extremeño de 32 años murió de un golpe de calor
mientras cavaba una zanja en la finca agrícola donde trabajaba. Su jornada de
esclavitud laboral era de 12 horas diarias currando a razón de 6 euros la hora
y bajo el sol inmisericorde abrasando las cabezas de él y sus compañeros. Entre
el trayecto, las horas invertidas con el salario infame recibido tiempo para él
no le quedaba nada. Horas robadas para comer y mal dormir. Y el caso de Juan es
recurrente en este país de sol, playa y garrotazo que nos dan. La mala fortuna
hizo que falleciera a causa del calor cuando llevaba con el pico más horas que
el día tiene. Una víctima más de las casi 900 personas que mueren al año en
España víctimas de accidentes laborales.
La
precariedad, el despido libre, el tener que venderse uno diariamente en esto
que llaman mercado laboral o tráfico de personas, el estar bajo el yugo de
empresarios, ser pura mercancía según el caso rentable o desechable donde el Estado
y el Capital marchan bajo el mismo brazo criminal produce estos estragos. Sin
el fin del trabajo asalariado, sin la socialización de los medios de producción
la miseria, la esclavitud y la siniestralidad laboral no verán su fin.
Y
MIENTRAS TANTO A LOS VENDEDORES AMBULANTES en Barcelona se les persigue
organizando auténticas cacerías por parte de la policía. El otro día en el Port
Vell de esta ciudad convertida en un parque de feria para turistas, empresas
comerciales y de ocio basura; uno de los manteros fue perseguido y acorralado
por parte de una jauría de canes armados hasta los dientes. El joven inmigrante
al que acorralaban fue atropellado y resultó herido mientras realizaban la
batida. En otras ocasiones la caza termina en muerte como el caso de otro
hombre inmigrante que cayó por la montaña de Montjuïc donde murió. Y, claro
está, todo ello en la más absoluta impunidad para los culpables. Algo normal en
un país donde la brutalidad policial contra los disidentes y las capas
populares es algo habitual. La ONU acusa a España por no actuar contra la tortura. La cosa tiene guasa en esta
cleptocracia fascista en la que mal vivimos pedirle a los torturadores que
saquean el país que juzguen la tortura que ellos promueven.
Y
para que la justicia brille aún con mayor ausencia 5 de los presos políticos
secuestrados por la mafia estatal durante la redada del terror promovida por el
gobierno criminal conocida como Operación Piñata donde se detuvieron a más de
30 personas y se clausuraron centros
sociales; a los 5 que aún están encadenados se les aplicará la política de la
dispersión y serán trasladados a distintas cárceles del territorio hispano.
Más
de 14 millones de personas pasando hambre, angustia, injusticia, humillación,
desesperación. Un país donde de norte a sur y de este a oeste se aplica la
tortura y se detiene impunemente a cualquier persona que muestre su furia ante
el expolio que padecemos. El primero de Europa donde la población presa es la
más numerosa. El saqueo hacia la sociedad en general y las capas populares en
particular se realiza bajo el reino borbónico de la más bochornosa impunidad… Pero
vivimos en democracia ¿alguien lo duda? De cuando en cuando puedes ir a votar
como quien va al supermercado a comprar sosa cáustica.
Muchos currelas se frotarán las manos y irán a ver si aun sigue vacante el puesto de esclavo del fallecido, otros se escandalizarán de que aun se pueda grabar a los sicarios asesinando a gente, ¿no estaba ya prohibido?, y el domingo votarán, votarán para que el mundo cambie y todos podamos gastar más que el pasado año, es decir que tengamos más libertad.
ResponderEliminarQue asco de mundo, si, pero la culpa es en gran medida nuestra.
Salud!
Como rezaba el cartel en los campos de concentración de la Alemania nazi "El trabajo os hará libres"
EliminarSalud!
"Recursos humanos", "mano de obra" (siempre barata, claro), "mercado laboral", son algunas definiciones, todas ellas obscenamente brutales, que reflejan la naturaleza del sistema que padecemos. Y todas ellas son aceptadas con sorprendente naturalidad incluso por quienes más ferozmente las padecen .
ResponderEliminarLa rebelión empieza por el lenguaje, sin dicha rebelión no puede haber conciencia de clase, porque el Poder impone su realidad a través del lenguaje. La servidumbre voluntaria comienza en el mismo momento que aceptamos el lenguaje del Poder sin siquiera cuestionarlo.
¿Qué es eso de "recursos humanos"? ¡Yo no soy un "recurso"!, como no lo es la vida. ¡Yo no soy "mano de obra"!, soy ser que obra para el ser lo que es y no otra cosa, pueblo que obra para ser pueblo, y no otra cosa. Pero el Poder, mediante el capitalismo, ha convertido al mundo en un mercado y a los seres humanos en mercancía devaluable.
Hay que empezar a llamar a las cosas por su nombre, hay que liberar el lenguaje de las garras del Poder.
Recursos humanos = esclavos/as.
Mano de obra = trabajadores/as reducidos a máquinas.
Mercado laboral = hombres y mujeres reducidos a mercancía.
Salud Ángel !
Totalmente de acuerdo con tu acertado comentario...
EliminarSalud Loam!
Buen artículo sobre la realidad que padecemos con buenos ejemplos también.
ResponderEliminarSalutacions.
Salutacions, Albert
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