El
señor presidente visitó a policías hospitalizados en Barcelona por
los sucesos ocurridos la semana pasada en Cataluña. Será por
despiste o cinismo calculado o hipocresía congénita. Pero al
presidente se le olvidó visitar a los manifestantes mutilados fruto
de la violencia policial. Y ya puestos podría darse una vuelta por
los distintos hospitales españoles y dar las condolencias a las
distintas familias trabajadoras que día tras día ven fallecer a sus
hijos, mujeres, maridos producto de la precariedad laboral. Y ya de
paso que visite a las personas desahuciadas que pierden sus casas
injustamente en este país por no poder pagar el alquiler y se ven
abocados a vivir en la intemperie. Mas el señor presidente no los
irá a visitar ni a ellos ni a una sola de las personas que viven en
la angustia de la exclusión. Millones de personas que no esperan su
visita. Lo que desearían es que desde su atalaya de poder derogara
las reformas laborales antiobreras aprobadas, socializara las
empresas energéticas de este privatizado país; en definitiva, que
redistribuyera la riqueza. Pero qué va. Él no es más que un
capataz del capital.
El
gobierno de la Junta de Castilla y León dará licencia
para exterminar a 339 lobos durante las tres próximas temporadas de
caza en su territorio. Los montes cada vez más menguantes para los
animales salvajes no son sólo nuestros. Lobos ibéricos a punto de
extinguirse y que volvieron a reaparecer en nuestra geografía a
pesar de la amenaza constante de la plaga humana. Y el gobierno
ultraliberal, cristofascista y antiobrero de los peperros y los
anaranjados de las jons se dedican a repartir licencias para matar
indiscriminadamente a tan bello animal; cupos de caza lo llaman estas
defecaciones de la amoralidad. Nada de realizar planes de
conservación de la naturaleza y protección de su fauna y flora
además de velar, claro está, por las zonas rurales y el bien de sus
poblaciones. Este gobierno autonómico de la corrupción, la
privatización, el saqueo del bien público, el nepotismo desaforado
y la cleptomanía de dinero público se dedica a matar a un noble animal. Puro crimen institucionalizado.
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