El
gobierno hipócrita hasta decir basta, progre de marisco y cuenta
bancaria de siete ceros, de medidas estrellas y estrellados en el
cenáculo de la ultraliberal UE seguirá vendiendo y fabricando
armas, corbetas y lo que mate mejor con destino a Arabia Saudí. Lo
de menos y lo demás es que secuestren y descuarticen el poder saudí a lo tarantino
y a lo vivo a un periodista crítico con el régimen teocrático
mafioso y expoliador de los Saud. La homosexualidad, el adulterio, el
ateísmo y la disidencia política es perseguida; toda persona
sospechosa de estar contra la amoralidad que la tiranía saudí
impone es susceptible de ser secuestrada, ultrajada, violada,
apaleada y asesinada. El destino de esas armas ya se sabe no es otra
que matar gente; para eso funcionan las empresas armamentísticas y
similares. Lo que se vende aquí es para asesinar yemeníes y
convertir ese país en un infierno en la tierra. El genocidio del
Yemen por obra y desgracia de los príncipes de las tinieblas saudís
ya se ha cobrado la vida de más de seis mil personas desde 2015;
devastando el país y dejando en la miseria y en el horror de la
desnutrición a millones de personas y, todo eso, gracias también a
las armas que les vendemos a los sátrapas descuartizadores saudís.
Se seguirá vendiendo armas porque el dinero sangriento a repartir
es enorme entre las grandes empresas armamentísticas, empresarios y
financieros del ramo y los comisionistas borbónicos que se llevan su
cuota de interés a tanto la sangre derramada. Ya sabemos la afinidad
criminal del rey emérito y de su hijo con los asesinos saudís. Y
mientras tanto los petrodólares de esa gentuza con mantel en la
cabeza sirve para financiar estados islámicos, propagar su wahabismo
mortífero por las mezquitas que hay en nuestro país, humillar y
enjaular a sus mujeres y matar a toda persona saudí que no se subyugue con los postulados del harem de corrupción y
gangsterismo que tienen montado en el desierto de Arabia.
14 millones de yemeníes sufren desnutrición |
A los politicastros les importa una mierda los trabajadores de la
bahía de Cádiz. Lo único que quieren es preservar los intereses de
los poderosos, de la economía criminal y del mercado armamentístico
que siempre saben recompensar excelentemente a sus gestores políticos
profesionales. Asco y vergüenza.
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